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Tradición, innovación y tecnología al servicio de la alta cocina
Ramón Freixa, chef con dos estrellas Michelin y recientemente nombrado embajador de la gama de cocción de Hisense, abre las puertas de sus nuevos espacios gastronómicos en Madrid y comparte su visión sobre la fusión entre creatividad, tradición y tecnología en la cocina. En esta entrevista, el chef nos habla sobre los retos de sus recientes aperturas, la importancia de la tecnología para potenciar la creatividad culinaria y cómo logra combinar memoria y vanguardia en cada plato, ofreciendo experiencias únicas a sus comensales.

- Ramón, llevas casi dos meses con tus nuevos espacios gastronómicos abiertos en Madrid. Tras este arranque, ¿cómo valoras la evolución del restaurante y qué sensaciones te ha dejado esta etapa de estreno?
Creo que la acogida ha sido muy positiva en estos dos meses tras la apertura. Ha sido un inicio intenso, lleno de energía y emoción. Abrir dos conceptos tan distintos bajo un mismo techo era un reto, pero también una necesidad vital en mi trayectoria.
Con Ramón Freixa Tradición he querido rendir homenaje a mis raíces, a la memoria y al recetario español; y con Ramón Freixa Atelier he dado rienda suelta a la creatividad más pura, a la vanguardia. El primero es un restaurante pensado para todos los públicos y para disfrutar en distintos momentos del día, con un horario ininterrumpido. El segundo, Atelier, ofrece dos menús degustación frente a una cocina vista, siendo una experiencia pensada exclusivamente para 10 comensales.
Ver cómo ambos proyectos, cada uno con su esencia, han conectado con el público y cómo mi equipo los ha hecho suyos me emociona profundamente. Estamos aprovechando este momento para crecer y consolidarnos en Madrid.
- ¿Cuál ha sido el mayor reto creativo en este nuevo proyecto?
El gran reto ha sido lograr que dos conceptos tan distintos como Tradición y Atelier convivan bajo un mismo techo sin que ninguno pierda su esencia y que, a su vez, se alcen como propuestas diferenciales en el escenario gastronómico madrileño.
Tradición es memoria, es raíz, es cercanía: platos reconocibles que apelan al recuerdo colectivo. Atelier, en cambio, es pura vanguardia, un espacio de libertad creativa, donde el comensal puede ver y sentir de cerca cada pase, desde su cocina vista. Mi desafío era conseguir que ambos dialogaran entre sí, que se reconocieran como hermanos sin confundirse, y que los dos respiraran el mismo ADN: producto, técnica y emoción. Ha sido como componer una partitura con dos voces diferentes que, al sonar juntas, construyen una armonía única.
- ¿Cuáles son los platos que están teniendo mejor acogida en el público? ¿Hay alguno que tenga un significado especial para ti?
En Tradición, hay platos que emocionan porque nos devuelven a momentos sencillos y felices: los canelones de tres asados, el cóctel de gambas, la ensaladilla o las gildas… todos ellos tienen ese poder de hacernos viajar en el tiempo.
Siempre hay propuestas que parten de mi memoria personal: el aroma del pan en la panadería de mis abuelos, una salsa bien ligada como la de mi madre, un guiño a la cocina catalana de mi infancia. Esos gestos son los que me acompañan siempre y, cuando los transformo en un plato, siento que no solo cocino para el presente, sino también para mi propia historia.
En Atelier, cada menú cambia con las estaciones y con mi estado creativo, pero todos comparten un mismo hilo conductor: emocionar, sorprender y dejar una huella en la memoria del comensal.
- La tecnología se ha convertido en una gran aliada de la alta cocina. ¿Cómo crees que ha transformado la manera de cocinar y de crear nuevas experiencias gastronómicas?
La tecnología ha ampliado los límites de la creatividad. Hoy podemos trabajar con una precisión casi quirúrgica en temperaturas y tiempos, explorar nuevas texturas y ofrecer experiencias sorprendentes. Pero lo más importante es que la tecnología nos ayuda a se constantes sin perder la emoción. Al final, la técnica está al servicio de la memoria y de la felicidad que queremos transmitir.
- En tu cocina, la tradición y la innovación van de la mano. ¿Cómo ayuda la tecnología a reinterpretar recetas clásicas o crear propuestas nuevas?
La tecnología nos ofrece libertad. Nos permite ser más precisos y, al mismo tiempo, más creativos no solo a nivel profesional sino también a nivel personal. Nos permite volver sobre recetas de siempre y darles un giro sin perder su esencia. Los hornos Hi8 de Hisense, por ejemplo, permiten trabajar cocciones largas a baja temperatura con una precisión absoluta, algo esencial para carnes tradicionales, y al mismo tiempo abrir caminos creativos en pescados o verduras. Es una herramienta que, bien utilizada,potencia la esencia de cada plato y nos ayuda a evolucionar sin perder la raíz.

- ¿Hay alguna función o característica de la Serie Hi8 que te haya sorprendido especialmente?
Me fascina la cocción al vapor 100%, porque preserva la pureza de los ingredientes y eso es fundamental en mi forma de entender la cocina. También valoro la función pirolítica, que simplifica la limpieza y nos permite mantener la cocina impecable. Y la posibilidad de combinar diferentes modos de cocción en un solo aparato abre un abanico infinito de creatividad.
- ¿Qué importancia le das a la sostenibilidad y la eficiencia energética en la elección de los equipos de cocina?
Para mi es fundamental: la sostenibilidad ya no es una opción, es una responsabilidad. En mis proyectos siempre hemos apostado por el producto de proximidad y el respeto al entorno. Me interesa tanto en mi cocina profesional como en mi casa; la coherencia es parte de mi manera de vivir y de cocinar. Por ello, los equipos que utilizamos deben acompañar esta filosofía: eficiencia energética, reducción de consumos, impacto mínimo. Los hornos Hi8, con su eficiencia energética y sistemas de limpieza avanzados, nos permiten reducir el consumo y el impacto ambiental.
- ¿Qué consejo le darías a los amantes de la cocina que quieren dar un salto de calidad en casa?
A los foodies que buscan elevar sus propuestas caseras les diría que apuesten siempre por el buen producto: eso es lo que marca la diferencia. El producto ha de ser siempre excelente, porque sobre él se construye cualquier gran cocina. La técnica, aplicada con criterio, ha de estar al servicio de realzar ese producto, nunca de enmascararlo. Contar con buenos equipos, como por ejemplo un horno Hi8 de Hisense, abre además un mundo de posibilidades para experimentar y crecer. Y a partir de ahí, lo más importante: perder el miedo a probar, a equivocarse y a seguir aprendiendo. La cocina es curiosidad, juego y emoción. Y, sobre todo, nunca hay que olvidar que cocinar significa buscar y dar felicidad.
- Si tuvieras que elegir, Ramón Freixa es más de tradición o de vanguardia?
No me concibo sin una ni sin la otra, porque sin tradición no hay vanguardia. La tradición me da raíces, memoria y verdad; la vanguardia me regala alas, libertad y futuro. Para mí, la cocina es precisamente ese diálogo constante entre ambas: un pie en la memoria y otro en la innovación. Cuando cocino, busco que la tradición aporte autenticidad y que la vanguardia sorprenda, pero siempre con un mismo propósito: emocionar y hacer feliz al comensal. Soy tan de tradición como de vanguardia, porque mi cocina vive en ese punto de encuentro donde el pasado y el futuro se abrazan en el presente.
La conversación con Ramón Freixa evidencia cómo la cocina puede ser un espacio donde tradición, innovación y tecnología se encuentran para crear experiencias memorables. Su enfoque demuestra que la excelencia no solo depende de la técnica o los ingredientes, sino también de la pasión, la creatividad y el uso inteligente de las herramientas modernas, inspirando a profesionales y amantes de la cocina por igual.